La higiene de manos es la tarea que más realiza cualquier trabajador de cuidados de la salud (HCW) en un entorno clínico.

No obstante, nos encontramos muy por debajo de las expectativas con una tasa media de cumplimiento inferior al 40 %,1 lo que convierte esta medida de seguridad en una prioridad principal para la mayoría de las instalaciones de cuidados de la salud. Sin embargo, a pesar de la importante labor que se ha realizado para mejorar la higiene de manos, parece que no
estamos logrando ningún avance.

Entonces, ¿por qué los trabajadores de cuidados de la salud no se lavan más las manos? Para responder esta pregunta, usualmente buscaríamos “obstáculos” para la higiene de manos (y todos estamos familiarizados con los obstáculos comunes) con la creencia subyacente de que, si eliminamos los obstáculos, los trabajadores de cuidados de la salud se lavarán las manos. De esta forma, nos ocupamos de capacitar al personal, colocando señalización a modo de recordatorios, realizando evaluaciones del flujo de trabajo, moviendo dispensadores a una mejor ubicación, asegurándonos de que los dispensadores estén llenos del producto, reforzando nuestros programas de monitoreo, evaluando nuestra cultura de seguridad y buscando que el personal directivo se comprometa. Y cuando no logramos ningún cambio, volvemos al inicio.

Entonces, ¿por qué los trabajadores de cuidados de la salud no se lavan más las manos? Para responder esta pregunta, usualmente buscaríamos “obstáculos” para la higiene de manos (y todos estamos familiarizados con los obstáculos comunes) con la creencia subyacente de que, si eliminamos los obstáculos, los trabajadores de cuidados de la salud se lavarán las manos.
De esta forma, nos ocupamos de capacitar al personal, colocando señalización a modo de recordatorios, realizando evaluaciones del flujo de trabajo, moviendo dispensadores a una mejor ubicación, asegurándonos de que los dispensadores estén llenos del producto, reforzando nuestros programas de monitoreo, evaluando nuestra cultura de seguridad y buscando que el personal directivo se comprometa. Y cuando no logramos ningún cambio, volvemos al inicio.

Promover la higiene de manos: Necesitamos a toda la comunidad.

Lori Moore, Master en Salud Pública, Bachiller en Ciencias de la enfermería, Enfermera registrada, Profesional Certificada en seguridad del Paciente. Educadora Clínica GOJO Industries.

Los hábitos y las prácticas de higiene de manos que existen hoy en día en nuestras unidades clínicas están muy arraigados, y el desafío de cambiar hábitos tradicionales es como tratar de arrancar de raíz un roble muy fuerte. En un mundo tan ocupado que consiste en el cuidado de los pacientes, la higiene de manos no es, a menudo, la prioridad de los trabajadores de cuidados de la salud, y, a menos que se aumente el nivel de concientización, volviendo conscientes a los inconscientes, no podremos formar nuevos hábitos que mejoren el cumplimiento.

Entonces, ¿cómo aumentamos la frecuencia con la que los trabajadores de cuidados de la salud se comprometerán con la práctica del lavado de manos? Desarrollamos programas sólidos basados en unidades para promover esta práctica: se trata de un enfoque en el que todos participen y se encuentren en la primera línea de atención al paciente. Este enfoque proporciona recordatorios oportunos de incumplimiento y reconocimiento por una buena higiene de manos.2

Necesitamos crear un nuevo conjunto de hábitos y prácticas, así como formas en las que los trabajadores de cuidados de la salud puedan comunicarse e interactuar con los demás en torno a la higiene de manos. La unidad debe ocuparse de esto como un equipo, donde se apoyen el uno al otro y rindan cuentas entre sí las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Esto no puede realizarlo únicamente un profesional de prevención y control de infecciones que recorra las unidades de forma periódica: necesitamos a toda la comunidad.
Sin duda, este es un trabajo arduo. Esto requerirá compromiso, persistencia y resistencia para mantenerse firmes en un recorrido que no durará meses, sino años. Sin embargo, esta es la forma en la que cambiamos la cultura de higiene de manos.